Encuentro 1: "Innovar requiere de preguntas"

En la primera clase, la profesora había impulsado una actividad que debíamos realizar: elegir uno de los artículos que había propuesto y formular una pregunta hacia el mismo para luego poner en práctica el método Toyota. En primera instancia,  pareció una actividad sencilla, sin embargo, requirió de varias lecturas y cuestiones mas complejas.

¿Sobre qué podíamos preguntar? ¿Debía ser una pregunta que la respondiera el texto o mas bien un interrogante que surgiera luego de su lectura?

Pensamos en aquellos aspectos de los cuáles el texto había brindado cierta información pero sin explicar sus causas. El artículo se titula: "Francia aprueba una ley para ampliar la prohibición de celulares en las escuelas", algunas preguntas que surgieron son las siguientes:



¿Por qué en Francia  se concibe el celular como un obstáculo para el aprendizaje? 

¿Por qué la obligatoriedad se orienta a sólo una franja etaria?

Si lo ven como un problema en las prácticas pedagógicas ¿por qué se prohíben hasta en los recreos?

El artículo hacía una analogía de los dispositivos como "plagas" en las escuelas, pero no explicaba por qué significaba un problema o qué funciones escolares obstaculizaba. La omisión de información suponemos que se debe al sentido común, todos tenemos una representación de los celulares en las escuelas como una fuente de distracción y muchas veces de disturbios. 
Nuestro saber pedagógico nos permite ver mas allá del sentido común y volver a cuestionarnos estas problemáticas. El uso de tecnologías es una práctica que atraviesa nuestra sociedad hoy en día y la escuela, como cualquier otro espacio, no se encuentra exenta. No podemos aislar la escuela de las costumbres sociales,sin embargo podemos aprovechar este avance para enriquecer nuestras prácticas pedagógicas e innovar el espacio aulico.

Durante la segunda clase de UDI, la docente hizo foco en el sentido de las preguntas y su fructífera utilización en las prácticas de enseñanza. Esto nos permitió ampliar nuestra concepción sobre estos dispositivos que si bien, siempre estuvieron y están presentes en las clases, pasan desapercibidos.
Para realizar una pregunta sobre un texto primero nos ocupamos de leerlo, porque no podemos interrogar sobre algo que desconocemos. ¿Qué hace un docente si desea que el grupo comprenda cierta información que contiene un texto? Lo más habitual es redactarle una serie de preguntas que, para responder, lo obliguen a leer el texto. Luego de esta experiencia, me surge la idea de pensar como alternativa esta tarea de que sean los estudiantes quiénes hagan preguntas hacia el texto, seguramente implicaría un mayor grado de comprensión.

Otra cuestión que surgió es la calidad de pregunta. Cuándo escuchamos preguntas en las clases podemos diferenciar las que contienen cierto grado de comprensión de las que no. Linda Elder y Richard Paul sostienen que: "El no (hacer preguntas) preguntas equivale a no comprender (lograr comprensión). Las preguntas superficiales equivalen a comprensión superficial, las preguntas que no son claras equivalen a comprensión que no es clara".


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1 comentario:

  1. Hola Belén! Excelente narrativa y reflexión de lo trabajado en el primer encuentro. Como bien comentás, proponerle a los estudiantes que hagan sus propias preguntas, requiere de una lectura comprensiva, más aún, si disponemos un tiempo para que interroguen sus propias preguntas. Parece fácil, pero es una actividad intelectual exigente. ¡Vamos por más!

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